Wednesday, February 25, 2009

1DC,B - 2009 (Pagola)

Marcos 1, 12 - 15
EMPUJADOS AL DESIERTO
José Antonio Pagola

Marcos presenta la escena de Jesús en el desierto como un resumen de su vida. Señalo algunas claves. Según el evangelista, «el Espíritu empuja a Jesús al desierto». No es una iniciativa suya. Es el Espíritu de Dios el que lo desplaza hasta colocarlo en el desierto: la vida de Jesús no va a ser un camino de éxito fácil; más bien le esperan pruebas, inseguridad y amenazas.

Pero el «desierto» es, al mismo tiempo, el mejor lugar para escuchar, en silencio y soledad, la voz de Dios. El lugar al que hay que volver en tiempos de crisis para abrirle caminos al Señor en el corazón del pueblo. Así se pensaba en la época de Jesús.

En el desierto, Jesús «es tentado por Satanás». Nada se dice del contenido de las tentaciones. Sólo que provienen de «Satanás», el Adversario que busca la ruina del ser humano destruyendo el plan de Dios. Ya no volverá a aparecer en todo el evangelio de Marcos. Jesús lo ve actuando en todos aquellos que lo quieren desviar de su misión, incluido Pedro.

El breve relato termina con dos imágenes en fuerte contraste: Jesús «vive entre fieras», pero «los ángeles le sirven». Las «fieras», los seres más violentos de la creación, evocan los peligros que amenazarán siempre a Jesús y su proyecto. Los «ángeles», los seres más buenos de la creación, evocan la cercanía de Dios que bendice, cuida y defiende a Jesús y su misión.

El cristianismo está viviendo momentos difíciles. Siguiendo los estudios sociológicos, nosotros hablamos de crisis, secularización, rechazo por parte del mundo moderno… Pero tal vez, desde una lectura de fe, hemos de decir algo más: ¿No será Dios quien nos está empujando a este «desierto»? ¿No necesitábamos algo de esto para liberarnos de tanta vanagloria, poder mundano, vanidad y falsos éxitos acumulados inconscientemente durante tantos siglos? Nunca habríamos elegido nosotros estos caminos.

Esta experiencia de desierto, que irá creciendo en los próximos años, es un tiempo inesperado de gracia y purificación que hemos de agradecer a Dios. El seguirá cuidando su proyecto. Sólo se nos pide rechazar con lucidez las tentaciones que nos pueden desviar una vez más de la conversión a Jesucristo.

Labels: , , , ,

1DC,B - 2009 (Mulet)

Francesc Mulet, escolapio

Empezamos, pues, el entrenamiento cuaresmal: un ejercicio práctico de vida cristiana, de escucha de la Palabra de Dios, de oración, de renovación bautismal, de conversión al Señor y de amor a los hermanos.

La persona de Jesús en el desierto superando las tentaciones de Satanás, y su mensaje inicial: "Convertíos y creed el evangelio", nos marcan el objetivo de esta gran marcha del pueblo cristiano que es la cuaresma.

Si la vida cristiana es estar siempre en camino, ha de tener un objetivo o finalidad que dé sentido a la marcha. Este objetivo es morir con Cristo al pecado y resucitar con él a la vida de Dios. Es decir, vivir la elección que el Señor realizó un día con cada uno de nosotros por el bautismo.

La cuaresma es llamada gratuita de Dios, oportunidad venturosa de renovar nuestra alianza bautismal con él por medio de la conversión y la reconciliación con Dios y con los hermanos. Para alcanzar esta transformación personal hemos de recorrer con Cristo el camino de la cuaresma hacia la pascua. Signos que expresan y medios que reafirman la conversión son, entre otros: la penitencia cuaresmal y la práctica penitencial (ceniza, ayuno, abstinencia); participación en la celebración del sacramento de la reconciliación; la oración como diálogo con Dios; la escucha y meditación de la palabra de Dios (celebraciones, conferencias, ejercicios); la caridad, el amor al hermano y la limosna como expresión de nuestro paso del egoísmo, de la soberbia y de la avaricia a compartir con los demás nuestros bienes y nuestro tiempo; etc.

Ánimo y a comenzar con ganas la cuaresma. Recemos unos por otros.

Un abrazo,
Francesc Mulet

Labels: , , , ,

7DO.I,B - 2009 (Mulet)

Francesc Mulet, escolapio

La escena evangélica de hoy se desarrolla en Cafarnaúm. Jesús, viendo la fe que tenían, dice algo que resulta sorprendente ante un enfermo que viene buscando curación: “Hijo, tus pecados te quedan perdonados”. Era fácil hacer tan atrevida afirmación, escandalosa por lo demás para los letrados allí presentes que piensan para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios?

Después de la alegre noticia: "Hijo, tus pecados quedan perdonados", viene la vida propia de un convertido, la enmienda y los frutos de la conversión. Estos se refieren a una actitud penitencial que debe llenar de sentido de conversión y de liberación toda nuestra vida cristiana. Es la penitencia de la vida, inevitable con frecuencia, que debemos asumir gozosamente y en plan de conversión continua y ascendente.

Actitud penitencial que supone un auténtico catálogo de penitencias, tales como: la azarosa vida cotidiana como esfuerzo cristiano de superación y de aguante; la ayuda y el servicio a los hermanos mediante gestos de amor, comprensión y paciencia; la sonrisa y el silencio cuando nos tienta el devolver una desconsideración; el esmero en acoger y aceptar a los demás cuando lo fácil es el mal gesto, el desaire y la chapucería; la protesta y la denuncia de la injusticia cuando lo cómodo es callar y desentenderse; el acercamiento al marginado que nadie quiere; el desinstalamiento del apoltronamiento estéril; el amor y la aceptación de quien nos resulta insoportable por uno u otro defecto; el olvido de las propias penas, problemas y disgustos para reír con el que está alegre o necesita sonreír; etc. Ésta es la penitencia de la vida que expresa y avala nuestra conversión a Dios.

Sigamos adelante, sintiéndonos perdonados y actuar como tales en nuestra vida de cada día.

Buena semana,
Francesc Mulet, escolapio

Labels: , , , ,

Friday, February 13, 2009

6DO.I,B - 2009 (Pagola)

Marcos 1, 29 - 39
DIOS ACOGE A LOS «IMPUROS»
José Antonio Pagola

De forma inesperada, un leproso «se acerca a Jesús». Según la ley, no puede entrar en contacto con nadie. Es un «impuro» y ha de vivir aislado. Tampoco puede entrar en el templo. ¿Cómo va a acoger Dios en su presencia a un ser tan repugnante? Su destino es vivir excluido. Así lo establece la ley.

A pesar de todo, este leproso desesperado se atreve a desafiar todas las normas. Sabe que está obrando mal. Por eso se pone de rodillas. No se arriesga a hablar con Jesús de frente. Desde el suelo, le hace esta súplica: «Si quieres, puedes limpiarme». Sabe que Jesús lo puede curar, pero ¿querrá limpiarlo?, ¿se atreverá a sacarlo de la exclusión a la que está sometido en nombre de Dios?

Sorprende la emoción que le produce a Jesús la cercanía del leproso. No se horroriza ni se echa atrás. Ante la situación de aquel pobre hombre, «se conmueve hasta las entrañas». La ternura lo desborda. ¿Cómo no va a querer limpiarlo él, que sólo vive movido por la compasión de Dios hacia sus hijos e hijas más indefensos y despreciados?

Sin dudarlo, «extiende la mano» hacia aquel hombre y «toca» su piel despreciada por los puros. Sabe que está prohibido por la ley y que, con este gesto, está reafirmando la trasgresión iniciada por el leproso. Sólo lo mueve la compasión: «Quiero: queda limpio».

Esto es lo que quiere el Dios encarnado en Jesús: limpiar el mundo de exclusiones que van contra su compasión de Padre. No es Dios quien excluye, sino nuestras leyes e instituciones. No es Dios quien margina, sino nosotros. En adelante, todos han de tener claro que a nadie se ha de excluir en nombre de Jesús.

Seguirle a él significa no horrorizarnos ante ningún impuro ni impura. No retirar a ningún «excluido» nuestra acogida. Para Jesús, lo primero es la persona que sufre y no la norma. Poner siempre por delante la norma es la mejor manera de ir perdiendo la sensibilidad de Jesús ante los despreciados y rechazados. La mejor manera de vivir sin compasión.

En pocos lugares es más reconocible el Espíritu de Jesús que en esas personas que ofrecen apoyo y amistad gratuita a prostitutas indefensas, que acompañan a sidóticos olvidados por todos, que defienden a homosexuales que no pueden vivir dignamente su condición… Ellos nos recuerdan que en el corazón de Dios caben todos.

Labels: , , , ,

6DO.I,B - 2009 (Mulet)

Francesc Mulet, escolapio

El leproso del evangelio suplica de rodillas a Jesús con una frase por la que viene a confesarlo como Dios y Señor: "Si quieres, puedes limpiarme". Jesús lo tocó diciendo: "Quiero, queda limpio". Y se operó el milagro como efecto de la fe, que en este caso se muestra en resumen como un diálogo de madurez y liberación.

Para conocer al cristiano maduro en su fe hay que ver cómo se relaciona con Dios, viviendo su fe como diálogo y no como monólogo egocéntrico. La fe como diálogo comienza por la absoluta disponibilidad para escuchar a Dios, a fin de darle después una respuesta personal que nos capacita para el testimonio exterior.

El diálogo de una fe madura se realiza con Dios, mediante la oración, que ha de ser también revisión de vida; así las relaciones fraternas y los asuntos temporales se ven en relación con Dios. Asimismo en el diálogo sincero y en profundidad de persona a persona se prepara el diálogo con Dios; más aún es ya diálogo con el Señor cuando no queda en mera charlatanería.

Jesús, curando a los leprosos nos mostró que el amor no margina a nadie, sino que regenera a la persona, restableciéndola en su dignidad. Que el Señor nos dé disponibilidad para escuchar su palabra, sin encerrarnos en el monólogo egocéntrico y estéril de nuestra propia seguridad; y nos conceda superar todas las crisis y dificultades de la fe en nuestro camino hacia la indispensable madurez cristiana.

Ánimo en la tarea de cada día y a confiar en el Señor que nos puede sacar adelante.

Un abrazo,
Francesc

Labels: , , , ,

5DO.I,B - 2009 (Pagola)

Marcos 1, 29 - 39
RETIRARSE A ORAR
José Antonio Pagola

En medio de su intensa actividad de profeta itinerante, Jesús cuidó siempre su comunicación con Dios en el silencio y la soledad. Los evangelios han conservado el recuerdo de una costumbre suya que causó honda impresión: Jesús solía retirarse de noche a orar.

El episodio que narra Marcos nos ayuda a conocer lo que significaba la oración para Jesús. La víspera había sido una jornada dura. Jesús «había curado a muchos enfermos». El éxito había sido muy grande. Cafarnaúm estaba conmocionada: «La población entera se agolpaba» en torno a Jesús. Todo el mundo hablaba de él.

Esa misma noche, «de madrugada», entre las tres y las seis de la mañana, Jesús se levanta y, sin avisar a sus discípulos, se retira al descampado. «Allí se puso a orar». Necesita estar a solas con su Padre. No quiere dejarse aturdir por el éxito. Sólo busca la voluntad del Padre: conocer bien el camino que ha de recorrer.

Sorprendidos por su ausencia, Simón y sus compañeros corren a buscarlo. No dudan en interrumpir su diálogo con Dios. Sólo quieren retenerlo: «Todo el mundo te busca». Pero Jesús no se deja programar desde fuera. Sólo piensa en el proyecto de su Padre. Nada ni nadie lo apartará de su camino.

No tiene ningún interés en quedarse a disfrutar de su éxito en Cafarnaúm. No cederá ante el entusiasmo popular. Hay aldeas que todavía no han escuchado la Buena Noticia de Dios: «Vamos… para predicar también allí».

Uno de los rasgos más positivos en el cristianismo contemporáneo es ver cómo se va despertando la necesidad de cuidar más la comunicación con Dios, el silencio y la meditación. Los cristianos más lúcidos y responsables quieren arrastrar a la Iglesia de hoy a vivir de manera más contemplativa.

Es urgente. Los cristianos, por lo general, ya no sabemos estar a solas con el Padre. Los teólogos, predicadores y catequistas hablamos mucho de Dios, pero hablamos poco con él. La costumbre de Jesús se olvidó hace mucho tiempo. En las parroquias se hacen muchas reuniones de trabajo, pero no sabemos retirarnos para descansar en la presencia de Dios y llenarnos de su paz.

Cada vez somos menos para hacer más cosas. Nuestro riesgo es caer en el activismo, el desgaste y el vacío interior. Sin embargo, nuestro problema no es tener muchos problemas, sino tener la fuerza espiritual necesaria para enfrentarnos a ellos.

Labels: , , , ,

5DO.I,B - 2009 (Mulet)

5 domingo
Francesc Mulet i Ruís, escolapio

Los gestos realizados por Jesús se caracterizan por la proximidad. Se percibe en Él un amor que se acerca a nosotros en momentos de dolor y nos toma de la mano; se advierte ante todo una proximidad que reanima, que vitaliza.

Él, viene a curar todas nuestras molestias y a liberarnos de todas nuestras tiranías. Hoy estamos llamados a escuchar esta historia que ilumina las oscuridades y postraciones de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Vivimos en una sociedad, que como la suegra de Simón, está postrada... Una humanidad hundida en una enorme crisis económica, que se siente también enferma, empobrecida y hambrienta. Nuestra sociedad necesita descubrir al otro como hermano. Estamos hechos para vivir con los demás y no al margen de los otros, y mucho menos en contra de los otros… Sólo podremos salir de aquí juntos, todos cogidos de la mano, a solas sólo vamos al agujero.

¿Podemos acercarnos hoy también nosotros a Jesús como la gente de Cafarnaúm con la confianza puesta en Él? Él se acerca a cada uno de nosotros, nos toma de la mano y nos levanta. Nuestra fiebre (todo aquello que nos impide vivir hoy), puede desaparecer en el contacto con Él. Jesús es la mano tendida que nos coge por sacarnos de nuestra postración, para liberarnos de nuestra fiebre, para llevarnos a servir a los hermanos.

¡Ánimo! Dejémonos levantar por esta mano y agradezcamos la fuerza y liberación que nos llega de Él.

Que pases una buena semana,

Francesc

Labels: , , , ,

4DO.I,B - 2009 (Pagola)

Marcos 1, 21 - 28
UN ENSEÑAR NUEVO
José Antonio Pagola

El episodio es sorprendente y sobrecogedor. Todo ocurre en la «sinagoga», el lugar donde se enseña oficialmente la Ley, tal como es interpretada por los maestros autorizados. Sucede en «sábado», el día en que los judíos observantes se reúnen para escuchar el comentario de sus dirigentes. Es en este marco donde Jesús comienza por vez primera a «enseñar».

Nada se dice del contenido de sus palabras. No es eso lo que aquí interesa, sino el impacto que produce su intervención. Jesús provoca asombro y admiración. La gente capta en él algo especial que no encuentra en sus maestros religiosos: Jesús «no enseña como los escribas, sino con autoridad».

Los letrados enseñan en nombre de la institución. Se atienen a las tradiciones. Citan una y otra vez a maestros ilustres del pasado. Su autoridad proviene de su función de interpretar oficialmente la Ley. La autoridad de Jesús es diferente. No viene de la institución. No se basa en la tradición. Tiene otra fuente. Está lleno del Espíritu vivificador de Dios.

Lo van a poder comprobar enseguida. De forma inesperada, un poseído interrumpe a gritos su enseñanza. No la puede soportar. Está aterrorizado: «¿Has venido a acabar con nosotros?» Aquel hombre se sentía bien al escuchar la enseñanza de los escribas. ¿Por qué se siente ahora amenazado?

Jesús no viene a destruir a nadie. Precisamente su «autoridad» está en dar vida a las personas. Su enseñanza humaniza y libera de esclavitudes. Sus palabras invitan a confiar en Dios. Su mensaje es la mejor noticia que puede escuchar aquel hombre atormentado interiormente. Cuando Jesús lo cura, la gente exclama: «este enseñar con autoridad es nuevo».

Los sondeos indican que la palabra de la Iglesia está perdiendo autoridad y credibilidad. No basta hablar de manera autoritaria para anunciar la Buena Noticia de Dios. No es suficiente transmitir correctamente la tradición para abrir los corazones a la alegría de la fe. Lo que necesitamos urgentemente es un «enseñar nuevo».

No somos «escribas», sino discípulos de Jesús. Hemos de comunicar su mensaje, no nuestras tradiciones. Hemos de enseñar curando la vida, no adoctrinando las mentes. Hemos de anunciar su Espíritu, no nuestras teologías.

Labels: , , , ,