4DP,B 2012 (Marcos)
Marcos Rodríguez
(Hch 4,8-12) "Por su nombre (Jesús) se
presenta este sano ante vosotros."
(1 Jn 3,1-2) "Somos hijos de Dios y el
mundo no nos conoce por que no le conoce."
(Jn 10,11-18) "Yo soy modelo de pastor,
que se entrega él mismo por las ovejas".
CONTEXTO.
El texto que acabamos de leer está enmarcado
en un contexto más amplio de polémica entre Jesús y los judíos (fariseos),
después de la curación del ciego de nacimiento. Quien no entra por la puerta,
es ladrón y bandido. Quien no es dueño de las ovejas, sino asalariado, no está
dispuesto a dar la vida por ellas. No se trata de una propuesta anodina sino de
una denuncia en toda regla. Todo poder que no se pone al servicio del pueblo es
contrario a Dios. Hemos abandonado los relatos pascuales, pero no nos salimos
del tema pascual. El único mandato que Jesús recibe del Padre es dar Vida.
EXPLICACIÓN.
El problema que tenemos hoy nosotros para
comprender la alegoría del buen pastor, es que apenas sabemos lo que es un pastor;
mucho menos podemos hacernos la idea de lo que sería un "buen
pastor". En nuestro tiempo un pastor no conoce a cada oveja por su nombre,
ni las ovejas reconocen a su pastor. En tiempo de Jesús, el pastor era, casi
siempre, el dueño de un pequeño número de ovejas, a las que cuidaba como si
fueran miembros de la familia, incluso, cobijándolas bajo el mismo techo,
llamándolas por su nombre propio. Es natural que así fuera, porque de ellas
dependía el sustento de la familia; lana, leche, carne, piel, abono,
contribuían a la subsistencia de sus miembros.
La figura del pastor modelo está en
contraposición con la figura del mercenario. El pastor que es dueño de las
ovejas, actúa por amor y no le importa arriesgar su propia persona para
defenderlas de cualquier peligro. El mercenario actúa por dinero, las ovejas le
traen sin cuidado. En (4 Esd 5,18) dice: “No nos abandones como un pastor su
rebaño en poder de lobos dañinos”. La figura del lobo está en paralelo con la
del ladrón y bandido, (de la que habla un poco más arriba) que arrebata y
dispersa. Precisamente lo contrario de lo que hace Jesús, reunir las ovejas
dispersas (11,52)
La imagen del pastor fue muy utilizada en el
AT. Se aplicó a los dirigentes, muchas veces para llamar la atención de que no
cumplían con su deber de cuidar como debían del pueblo. También se aplicó al
mismo Dios que, cansado de los malos pastores, terminaría por apacentar Él
mismo a su rebaño. La única idea totalmente original de Jn es la de dar la vida
por las ovejas. Seguramente es una interpretación de la vida y muerte de Jesús
como servicio total a los hombres. Hay que recordar una vez más, que no se
trata de un discurso de Jesús, sino de una manera de trasmitir lo que los
cristianos de aquella comunidad pensaron sobre él durante setenta años.
Yo soy el buen pastor. No se trata de
resaltar el carácter de bondad y de dulzura. Con la traducción oficial queda
devaluada la expresión. Además “bueno” en griego, sería (agathos). (Kalos)
significa bello, ideal, excelente, único en su género o modelo de perfección.
Denota perfección suma. No se dice solo de las personas (el vino en la boda de
Caná (2,10). Sería el pastor por excelencia, único. Pastores “buenos”, puede
haber muchos. Pastor ideal solo puede haber uno. El tomar el evangelio que
acabamos de oír como excusa para hablar de los obispos y de los sacerdotes como
pastores, no tiene ni pies ni cabeza. La tarea de los dirigentes religiosos no
tiene nada que ver con lo que nos quiere decir el evangelio sobre Jesús. Todos
somos ovejas de Jesús, no del obispo o del párroco; mucho menos si siguen empeñados en que, en vez de ovejas, seamos
borregos.
El buen pastor se entrega él mismo por las
ovejas. La vida (psukhên) se identifica con la persona. En griego existen tres
palabras para designar vida: (bios), (zoê) y (psukhê). No significan
exactamente lo mismo, y por eso pueden causar confusión. Psukhên significa
persona, es decir, capacidad de sentimientos y afectos. (Tithesin) no significa
dar, sino poner, o mejor, exponer, arriesgar. Como pastor excelente, Jesús pone
su persona al servicio de los demás durante toda la vida. Jesús se desvive por
los demás. Dice el DRAE: desvivirse: Mostrar incesante y vivo interés,
solicitud o amor por una persona. Es exactamente lo que queremos decir aquí de
Jesús. La entrega de la vida física, es la manifestación extrema de su continua
entrega durante su vida. Quien no ama hasta dar la vida no es auténtico pastor.
El máximo don de sí es la comunicación plena de lo que él es. No se trata de
que, por su muerte, se nos conceda algo venido de fuera. Se trata de que su
Vida, puesta al servicio de los demás, prende y se desarrolla en los demás.
Cuando seamos capaces de darnos sin límites, será la prueba de que su Vida está
en nosotros.
Conozco a las mías y las mías me
conocen. No se trata de un conocimiento
a través de los sentidos o de la razón. En el AT el conocimiento y el amor van
siempre juntos. Ese conocimiento mutuo es una relación íntima, por la participación
del Espíritu. Esta reciprocidad nos lanza a años luz de la simple imagen de
oveja y pastor. Este mutuo conocimiento-amor, lo compara con el que existe
entre Jesús y el Padre. La comunidad de Jesús no es una filiación externa, sino
una experiencia-vivencia de amor. No se trata de la pertenencia a una
institución, sino de la unidad de ser y acción en el mismo Espíritu. El descubrimiento
vivencial del amor de Dios al hombre lleva a dar la vida.
Tengo otras ovejas que no son de este atrio.
Sitúa Jn su evangelio en el amplio contexto de la creación. De ahí deduce la
visión universalista de la misión de Jesús. Los supuestos privilegios del
pueblo de Israel, desaparecen en beneficio de una comunidad universal. Ya en el
prólogo habla de la “luz que ilumina a todo hombre”. Es una pena que nos
hayamos olvidado de esta visión. Todos los seres humanos pertenecen al mismo
dueño y de todos cuida con la misma solicitud. Tal vez la idea religiosa que
más daño ha hecho a nuestro cristianismo, es la de creernos elegidos, y que
Dios era propiedad exclusiva nuestra. Todas las religiones han caído en esa
trampa; la nuestra ha sido la más exagerada en esa reivindicación de una
exclusividad de Dios. "Fuera de la Iglesia no hay salvación". Aún hoy, la idea
que tenemos de ecumenismo es raquítica; unirnos todos los que creemos en
Cristo. ¿Para hacer frente a los adversarios de una manera más eficaz? La
imagen que damos de Dios es lamentable y mezquina. Para nada es la del Dios de
Jesús.
Un solo rebaño, un solo pastor. La ausencia
de conjunción "y" o preposición "con" entre los dos
términos, indica que la relación entre Jesús y el rebaño no es de yuxtaposición
ni de compañía. Jesús como fuente de Vida es el aglutinante que constituye la
comunidad como tal. No puede ser encerrada en institución alguna, ni nacional
ni cultural ni religiosa. Su base es la naturaleza del hombre acabado por el
Espíritu que da cohesión y unidad interior. Jesús no ha creado un corral (la Iglesia ) donde meter sus
ovejas, todos los hombres forman parte de su rebaño. Esto seguimos sin
entenderlo, después de dos mil años. Va siendo hora de que abandonemos la
seguridad de nuestros supuestos privilegios.
APLICACIÓN.
La disposición a dar Vida, es la categoría intelectual
que empalma estos relatos con el tiempo de Pascua que estamos celebrando.
Decíamos que la raíz de la experiencia pascual era que Jesús seguía vivo y estaba
comunicando Vida a la comunidad. Es mucho más que celebrar la muerte y creer en
una vuelta a la vida. Se trata de descubrir que Jesús comunica a otros lo más
valioso de sí mismo. Como los primeros cristianos, nosotros tenemos la misma
posibilidad de hacer nuestra esa Vida. Se trata de la misma Vida de Dios, de su
amor que se nos entrega incondicionalmente. "El Padre que vive me ha
enviado y yo vivo por el Padre; del
mismo modo el que me come vivirá por mí". El que me come, quiere decir el
que me hace suyo, el que se identifica con mi manera de ser, de pensar, de
actuar, de vivir. Si Jesús es pan de Vida, no es porque lo podemos comer a él,
sino porque nos capacita para dejarnos comer. Si no me desvivo por el otro, es
que su Vida aún no se ha desplegado en mí.
En la medida que cada uno de nosotros
hayamos hecho nuestra esa Vida, estaremos dispuestos a desvivirnos por los
demás. Como la vida biológica, esta Vida es un “movimiento desde dentro”. El
salir de sí mismo e ir a los demás para potenciar su misma Vida, no debe
depender de las circunstancias; es un movimiento que tiene su origen es esa
misma Vida que se me ha comunicado y que no tiene más remedio que manifestarse
en la entrega a lo otros, sin ninguna clase de distinción. El amor que nos
pidió Jesús, está reñido con cualquier clase de acepción de personas. No
estamos acostumbrados a tener este detalle en cuanta, y así creemos que es amor
lo que no es más que recíproco interés o simpatía visceral.
Amar y servir al que me ama y sirve, no es
garantía ninguna del amor cristiano. El ayudar al que puede ayudarte y ser
amable con la persona que puedes necesitar no es más que un sutil despliegue de
egoísmo. Si no atendemos a este detalle en nuestras relaciones con los demás,
fácilmente podemos creernos en la cima del cristianismo, simplemente porque
somos capaces de sacrificarnos por aquellos de los que dependemos.
Meditación-contemplación
“Yo
doy mi vida por las ovejas”.
Trata de descubrir el verdadero sentido de
esta frase.
No se traga de dar la vida muriendo,
Sino de poner toda tu vida al servicio de
los demás.
Solo lo que se da, se gana.
Todo lo que se guarda, se pierde.
Si te empañas en salvaguardar a toda costa
tu vida,
Habrás desperdiciado tu existencia.
Nadie va a exigirte que entregues tu vida
muriendo.
Pero, de tu vida solo permanecerá lo que
entregues.
No pienses en grandes sacrificios y
renuncias.
Date poco a poco en las cosas más sencillas
de cada día.
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