4DO.I,B - 2009 (Mulet)
“La gente se asombraba de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad”
Una autoridad personal y diferente es lo que demuestra Jesús en su enseñanza y sus obras, porque no se basa en la fuerza, sino en el carisma. Cuando en más de una ocasión sus enemigos lo increpan: ¿Con qué autoridad haces esto?, Cristo se remite precisamente al testimonio de sus obras. Ellas probaban sobradamente su identidad mesiánica, que sus adversarios no querían reconocer, cegados por la idea de un mesías poderoso.
Pero estas obras a las que Cristo se remite no son actos de fuerza avasalladora, sino servicio humilde a la liberación de los pobres, los enfermos y los esclavos del pecado. Por eso, el significado más profundo de las curaciones que Jesús realiza, por ejemplo, de "endemoniados" como el de hoy, es, sin duda, su dimensión liberadora de la persona. Aquí radica la grandeza de quien vino a servir y a salvar lo perdido.
Sigamos adelante, tras los pasos del maestro. A echarle paciencia y constancia en la tarea de cada día.
Oremos unos por otros.
Un abrazo,
Francesc Mulet, escolapio
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