Tuesday, December 30, 2008

3DA,B - 2008 (Pagola)

Juan 1, 6 – 8
ALLANAR EL CAMINO HACIA JESÚS
José Antonio Pagola

«Entre vosotros hay uno que no conocéis». Estas palabras las pronuncia el Bautista refiriéndose a Jesús, que se mueve ya entre quienes se acercan al Jordán a bautizarse, aunque todavía no se ha manifestado. Precisamente toda su preocupación es «allanar el camino» para que aquella gente pueda creer en él. Así presentaban las primeras generaciones cristianas la figura del Bautista.

Pero las palabras del Bautista están redactadas de tal forma que, leídas hoy por los que nos decimos cristianos, no dejan de provocar en nosotros preguntas inquietantes. Jesús está en medio de nosotros, pero ¿lo conocemos de verdad?, ¿comulgamos con él?, ¿le seguimos de cerca?

Es cierto que en la Iglesia estamos siempre hablando de Jesús. En teoría nada hay más importante para nosotros. Pero luego se nos ve girar tanto sobre nuestras ideas, proyectos y actividades que, no pocas veces, Jesús queda en un segundo plano. Somos nosotros mismos quienes, sin darnos cuenta, lo «ocultamos» con nuestro protagonismo.

Tal vez, la mayor desgracia del cristianismo es que haya tantos hombres y mujeres que se dicen «cristianos», en cuyo corazón Jesús está ausente. No lo conocen. No vibran con él. No los atrae ni seduce. Jesús es una figura inerte y apagada. Está mudo. No les dice nada especial que aliente sus vidas. Su existencia no está marcada por Jesús.

Esta Iglesia necesita urgentemente «testigos» de Jesús, creyentes que se parezcan más a él, cristianos que, con su manera de ser y de vivir, faciliten el camino para creer en Cristo. Necesitamos testigos que hablen de Dios como hablaba él, que comuniquen su mensaje de compasión como lo hacía él, que contagien confianza en el Padre como él.

¿De qué sirven nuestras catequesis y predicaciones si no conducen a conocer, amar y seguir con más fe y más gozo a Jesucristo? ¿En qué quedan nuestras eucaristías si no ayudan a comulgar de manera más viva con Jesús, con su proyecto y con su entrega crucificada a todos. En la Iglesia nadie es «la Luz», pero todos podemos irradiarla con nuestra vida. Nadie es «la Palabra de Dios», pero todos podemos ser una voz que invita y alienta a centrar el cristianismo en Jesucristo.

Labels: , , , ,

3DA,B - 2008 (Mulet)

Francesc Mulet, escolapio

Como Juan, testigos de alegría y esperanza.

Las encuestas actuales arrojan elevados porcentajes de desencanto y desilusión entre jóvenes y adultos ante la sociedad en que vivimos, la gestión política y administrativa, la situación económica y cívica: elevación de vida, desempleo, amenaza nuclear, violencia, terrorismo, inseguridad ciudadana, discriminación social, ruptura familiar y conyugal, droga, alcoholismo, hambre incluso.

Todo este desencanto crea tristeza, depresión, malestar, pesadumbre, ansiedad y angustia; es decir, los polos opuestos a la alegría de vivir. El ser humano moderno que ha centrado toda su felicidad egoísta en triunfar, tener y gastar, es víctima de su propio invento: la sociedad de bienestar y consumo.

Quizá las personas del tiempo del Bautista no eran tampoco más felices que nosotros. Como entonces, hay también en nuestro mundo una sorda espera, una confusa expectativa que sólo necesita al testigo que le muestre el motivo y fundamento de una esperanza segura: Cristo Jesús. Él viene a "vendar los corazones desgarrados" (1ª lect.). Él es el don del Espíritu, el carisma de la alegría en este Adviento a breve distancia ya de la Navidad. Saber que "aguardamos la alegre esperanza: la aparición gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo" (Tit 2,13), es motivo de optimismo esperanzado para cada uno de nosotros y para la comunidad humana y cristiana en que vivimos. Por eso nos recomienda san Pablo en la segunda lectura: “Estad siempre alegres y no dejéis apagar las chispas del Espíritu”

Mi estancia entre los hermanos de la República Dominicana, en Santo Domingo y La Romana, su vida, su tarea me han conmovido, desde aquí os escribo ahora. El testimonio de la alegría cristiana es necesario, hoy más que nunca, en nuestra sociedad con crisis de valores. Lo único que puede vencer la insatisfacción profunda del ser humano actual es un testimonio personal y comunitario de alegría y esperanza consoladora, fundado en la fe en Cristo liberador, vivo y presente entre las personas que sufren por cualquier motivo. Porque ese testimonio no puede menos de impactar y producir la pregunta: ¿Qué secreta esperanza alegra la vida de esta persona o de este grupo de creyentes? El testigo es siempre un interrogante para los demás, hasta el punto que la vida resultaría absurda si Dios no existe.

Reza por esta gente de América, por los hermanos de aquí para que no se cansen en el anuncio del evangelio.

Buen Adviento.

Labels: , , , ,

Sagrada Familia,N,B - 2008 (Pagola)

Lucas 2, 22 - 40
BANDERA DISCUTIDA
José Antonio Pagola

Simeón es un personaje entrañable. Lo imaginamos casi siempre como un sacerdote anciano del Templo, pero nada de esto se nos dice en el texto. Simeón es un hombre bueno del pueblo que guarda en su corazón la esperanza de ver un día «el consuelo» que tanto necesitan. «Impulsado por el Espíritu de Dios», sube al templo en el momento en que están entrando María, José y su niño Jesús.
El encuentro es conmovedor. Simeón reconoce en el niño que trae consigo aquella pareja pobre de judíos piadosos al Salvador que lleva tantos años esperando. El hombre se siente feliz. En un gesto atrevido y maternal, «toma al niño en sus brazos» con amor y cariño grande. Bendice a Dios y bendice a los padres. Sin duda, el evangelista lo presenta como modelo. Así hemos de acoger al Salvador.
Pero, de pronto, se dirige a María y su rostro cambia. Sus palabras no presagian nada tranquilizador: «Una espada te traspasara el alma». Este niño que tiene en sus brazos será una «bandera discutida»: fuente de conflictos y enfrentamientos. Jesús hará que «unos caigan y otros se levanten». Unos lo acogerán y su vida adquirirá una dignidad nueva: su existencia se llenará de luz y de esperanza. Otros lo rechazarán y su vida se echará a perder. El rechazo a Jesús será su ruina.
Al tomar postura ante Jesús, «quedará clara la actitud de muchos corazones». El pondrá al descubierto lo que hay en lo más profundo de las personas. La acogida de este niño pide un cambio profundo. Jesús no viene a traer tranquilidad, sino a generar un proceso doloroso y conflictivo de conversión radical.
Siempre es así. También hoy. Una Iglesia que tome en serio su conversión a Jesucristo, no será nunca un espacio de tranquilidad sino de conflicto. No es posible una relación más vital con Jesús sin dar pasos hacia mayores niveles de verdad. Y esto es siempre doloroso para todos.
Cuanto más nos acerquemos a Jesús, mejor veremos nuestras incoherencias y desviaciones; lo que hay de verdad o de mentira en nuestro cristianismo; lo que hay de pecado en nuestros corazones y nuestras estructuras, en nuestras vidas y nuestras teologías.

Labels: , , , ,

2DN,B - 2009 (Pagola)

Juan 1, 1 - 18
EL ROSTRO HUMANO DE DIOS
José Antonio Pagola


El cuarto evangelio comienza con un prólogo muy especial. Es una especie de himno que, desde los primeros siglos, ayudó decisivamente a los cristianos a ahondar en el misterio encerrado en Jesús. Si lo escuchamos con fe sencilla, también hoy nos puede ayudar a creer en Jesús de manera más profunda. Sólo nos detenemos en algunas afirmaciones centrales.

«La Palabra de Dios se ha hecho carne». Dios no es mudo. No ha permanecido callado, encerrado para siempre en su Misterio. Dios se nos ha querido comunicar. Ha querido hablarnos, decirnos su amor, explicarnos su proyecto. Jesús es sencillamente el Proyecto de Dios hecho carne.

Dios no se nos ha comunicado por medio de conceptos y doctrinas sublimes que sólo pueden entender los doctos. Su Palabra se ha encarnado en la vida entrañable de Jesús, para que lo puedan entender hasta los más sencillos, los que saben conmoverse ante la bondad, el amor y la verdad que se encierra en su vida.

Esta Palabra de Dios «ha acampado entre nosotros». Han desaparecido las distancias. Dios se ha hecho «carne». Habita entre nosotros. Para encontrarnos con él, no tenemos que salir fuera del mundo, sino acercarnos a Jesús. Para conocerlo, no hay que estudiar teología, sino sintonizar con Jesús, comulgar con él.

«A Dios nadie lo ha visto jamás». Los profetas, los sacerdotes, los maestros de la ley hablaban mucho de Dios, pero ninguno había visto su rostro. Lo mismo sucede hoy entre nosotros: en la Iglesia hablamos mucho de Dios, pero nadie lo hemos visto. Sólo Jesús, «el Hijo de Dios, que está en el seno del Padre es quien lo ha dado a conocer».

No lo hemos de olvidar. Sólo Jesús nos ha contado cómo es Dios. Sólo él es la fuente para acercarnos a su Misterio. Cuántas ideas raquíticas y poco humanas de Dios hemos de desaprender y olvidar para dejarnos atraer y seducir por ese Dios que se nos revela en Jesús.

Cómo cambia todo cuando uno capta por fin que Jesús es el rostro humano de Dios. Todo se hace más simple y más claro. Ahora sabemos cómo nos mira Dios cuando sufrimos, cómo nos busca cuando nos perdemos, cómo nos entiende y perdona cuando lo negamos. En él se nos revela «la gracia y la verdad» de Dios.

Labels: , , , ,

2DA,B - 2008 (Pagola)

Marcos 1, 1 – 8
CONFESAR NUESTROS PECADOS
José Antonio Pagola

«Comienza la Buena Noticia de Jesucristo, Hijo de Dios». Éste es el inicio solemne y gozoso del evangelio de Marcos. Pero, a continuación, de manera abrupta y sin advertencia alguna, comienza a hablar de la urgente conversión que necesita vivir todo el pueblo para acoger a su Mesías y Señor.

En el desierto aparece un profeta diferente. Viene a «preparar el camino del Señor». Éste es su gran servicio a Jesús. Su llamada no se dirige sólo a la conciencia individual de cada uno. Lo que busca Juan va más allá de la conversión moral de cada persona. Se trata de «preparar el camino del Señor», un camino concreto y bien definido, el camino que va a seguir Jesús defraudando las expectativas convencionales de muchos.

La reacción del pueblo es conmovedora. Según el evangelista, dejan Judea y Jerusalén y marchan al «desierto» para escuchar la voz que los llama. El desierto les recuerda su antigua fidelidad a Dios, su amigo y aliado, pero, sobre todo, es el mejor lugar para escuchar la llamada a la conversión.

Allí el pueblo toma conciencia de la situación en que viven; experimentan la necesidad de cambiar; reconocen sus pecados sin echarse las culpas unos a otros; sienten necesidad de salvación. Según Marcos, «confesaban sus pecados» y Juan «los bautizaba».

La conversión que necesita nuestro modo de vivir el cristianismo no se puede improvisar. Requiere un tiempo largo de recogimiento y trabajo interior. Pasarán años hasta que hagamos más verdad en la Iglesia y reconozcamos la conversión que necesitamos para acoger más fielmente a Jesucristo en el centro de nuestro cristianismo.

Ésta puede ser hoy nuestra tentación. No ir al «desierto». Eludir la necesidad de conversión. No escuchar ninguna voz que nos invite a cambiar. Distraernos con cualquier cosa, para olvidar nuestros miedos y disimular nuestra falta de coraje para acoger la verdad de Jesucristo.

La imagen del pueblo judío «confesando sus pecados» es admirable. ¿No necesitamos los cristianos de hoy hacer un examen de conciencia colectivo, a todos los niveles, para reconocer nuestros errores y pecados? Sin este reconocimiento, ¿es posible «preparar el camino del Señor»?

Labels: , , , ,

Natividad,B - 2008 (Mulet)

Francesc Mulet

Debe ser Navidad para todos; pero ¿cómo? No infantilicemos la Navidad , ni nos contentemos con una imagen barata de la misma. No habrá Navidad verdadera mientras no se realice la liberación que trae Jesús a nuestro bajo mundo; mientras haya hambre, dolor, explotación, miseria, opresión y marginación; mientras tantos hermanos nuestros sigan viviendo en condiciones que hieren la dignidad humana; mientras sean los niños de la gran masa de los pobres de la tierra las víctimas preferidas de la muerte prematura. Todo eso es la anti Navidad, porque en ese sub-mundo y desierta soledad no ha nacido todavía Dios.

Celebraremos en cristiano la Navidad si construimos la paz en nuestro ambiente de familia, vecinos, amigos y compañeros de trabajo; si repartimos amor a los demás sin esperar nada a cambio; si acogemos al pobre como a Cristo; si los ancianos y los niños, los enfermos, los que están solos y cuantos sufren por cualquier motivo, sienten una mano amiga en el hombro, una sonrisa afectuosa y calor humano en nuestra mirada. Porque el amor es el clima cristiano; si estamos dentro de esa atmósfera ambiental, por fuerza amaremos; si no amamos es que estamos fuera.

Anoche llegué a Nicaragua atravesando la frontera Sur. ¡Qué diferencias tan grandes entre nuestros pueblos del primer mundo y estas realidades americanas tan sencillas. Pese a todo viven felices, no podemos construir el mundo olvidándonos de estos hermanos nuestros.

Hagamos posible la Navidad,

Francesc Mulet
Una abraçada,

Labels: , , , ,