7DP,B,Ascensión - 2009 (Mulet)
Francesc Mulet, escolapio
Las tres celebraciones litúrgicas: Resurrección, Ascensión y Pentecostés, aunque se distinguen conceptualmente y las separamos en el tiempo, no son más que acentos pedagógicos o momentos catequéticos del único misterio pascual de Cristo.
En su Ascensión al cielo, Cristo Jesús nos urge la tarea misionera de evangelización y liberación humana. Ahora que él ya no está físicamente presente entre los hombres, es el grupo creyente quien ha de hacerlo visible al mundo por el anuncio y el testimonio. Hacer presente a Jesús y acelerar la venida del reino de Dios es posibilitar la soberanía amorosa de Dios, como expresa la gran oración y paráfrasis del reinado de Dios que es el padrenuestro: Venga a nosotros tu reino, Señor; hágase tu voluntad en la tierra de los hombres mediante tu señorío de amor y fraternidad.
El anuncio y la palabra han de ir acompañados, como hizo Jesús, con el testimonio de la vida y de los signos, es decir, con el compromiso de los cristianos por la promoción del hombre desde su dignidad de persona a su condición de hijo de Dios y hermano de los demás.
Para celebrar de verdad la Ascensión del Señor hemos de pasar de la comodidad de los buenos sentimientos a la realidad de los hechos, hasta complicarnos la vida por amor de Cristo y de los hermanos más oprimidos. Solamente así cumpliremos los discípulos de Jesús la tarea y misión que él ha encomendado a la Iglesia, su pueblo.
Un esfuerzo y pronto final de curso. Ánimo y ya terminamos,
Un abrazo,
Francesc Mulet
Las tres celebraciones litúrgicas: Resurrección, Ascensión y Pentecostés, aunque se distinguen conceptualmente y las separamos en el tiempo, no son más que acentos pedagógicos o momentos catequéticos del único misterio pascual de Cristo.
En su Ascensión al cielo, Cristo Jesús nos urge la tarea misionera de evangelización y liberación humana. Ahora que él ya no está físicamente presente entre los hombres, es el grupo creyente quien ha de hacerlo visible al mundo por el anuncio y el testimonio. Hacer presente a Jesús y acelerar la venida del reino de Dios es posibilitar la soberanía amorosa de Dios, como expresa la gran oración y paráfrasis del reinado de Dios que es el padrenuestro: Venga a nosotros tu reino, Señor; hágase tu voluntad en la tierra de los hombres mediante tu señorío de amor y fraternidad.
El anuncio y la palabra han de ir acompañados, como hizo Jesús, con el testimonio de la vida y de los signos, es decir, con el compromiso de los cristianos por la promoción del hombre desde su dignidad de persona a su condición de hijo de Dios y hermano de los demás.
Para celebrar de verdad la Ascensión del Señor hemos de pasar de la comodidad de los buenos sentimientos a la realidad de los hechos, hasta complicarnos la vida por amor de Cristo y de los hermanos más oprimidos. Solamente así cumpliremos los discípulos de Jesús la tarea y misión que él ha encomendado a la Iglesia, su pueblo.
Un esfuerzo y pronto final de curso. Ánimo y ya terminamos,
Un abrazo,
Francesc Mulet
Labels: Ciclo B, Comentario, Domingo, Evangelio, Pascua
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