Wednesday, January 27, 2010

2DO.I,C - 2010 (Mulet)

Francesc Mulet

La escena evangélica se sitúa en una boda celebrada en Caná de Galilea. Sin embargo, los protagonistas no serán los novios, sino Jesús y su madre María. Lo cual apunta ya a dos niveles de lectura del suceso: el cristológico, referido a Jesús que realiza el milagro de convertir el agua en vino; y el mariológico, basado en la intervención suplicante de María.

Según el cuarto evangelio, el milagro de las bodas de Caná es el primero de los que realizó Jesús. "Así manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él". Ésta es la intención primera y última del relato. Continuamos así las "manifestaciones" de Jesús como Mesías e hijo de Dios: Epifanía, Bautismo, y hoy Caná.

La intercesión de María, la madre del Señor, adelanta la "hora" de Jesús, la realización del milagro. En el cuarto evangelio, María es mencionada al principio y al fin: en Caná y al pie de la cruz. Dos momentos de glorificación de Jesús: el primero y el último. A todas luces, el evangelio de hoy es ejemplo palpable de la solicitud maternal de María que se muestra sensible a la necesidad del prójimo -en este caso, los nuevos esposos-, y es prueba también de la eficacia de su intercesión ante su hijo, Cristo Jesús.

Buena semana y a seguir con ánimo.
Un abrazo,
Francesc Mulet

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