Wednesday, November 12, 2008

31DO,A - 2008 - Todos Santos / F.Difuntos (Mulet)

Francesc Mulet

Son santos quienes recorren el itinerario universal de santidad que señalan las bienaventuranzas. Las leemos en la solemnidad de Todos los Santos. Los santos hicieron realidad en su vida el programa del reino de Dios que las bienaventuranzas contienen para todos. Ellos fueron, como Jesús, los pobres en el espíritu; ésta es la primera bienaventuranza que posibilita la práctica de todas las demás. Vacíos por completo de su propio yo, estuvieron totalmente disponibles ante Dios para hacer fructificar sus dones y talentos. Sencillamente, fueron cristianos de verdad. Porque la santidad no es una competición olímpica para batir la marca anterior, sino un caminar al paso cotidiano, pero sin detenerse ni desviarse, como hombres y mujeres conducidos por el Espíritu que nos transforma en imagen de Cristo, si nosotros colaboramos.

Por eso, la aventura radical y fascinante de la santidad cristiana no está vinculada a un estilo de vida o a una época determinada; no se excluye a nadie. Hojeando el santoral, se diría que la mayor parte de los santos canonizados fueron papas, obispos, sacerdotes, monjes, religiosos y religiosas. Parece haber muchos menos seglares; aunque de hecho la mayoría de los mártires, por ejemplo, lo fueron. De ahí se concluiría que la santidad es elitista, poco menos que privativa del hábito, del claustro o la clausura. Es una impresión falsa. Hay tantos tipos y vocaciones de santos y santidad cuantas situaciones humanas existen. El Espíritu del Señor sopla donde quiere, y Dios está allí donde un hombre o una mujer le responden incondicionalmente.

La festividad de Todos los Santos es una invitación a la alegría y esperanza cristianas. En la peregrinación o carrera de fondo que es la vida, los que todavía estamos en marcha celebramos el triunfo de los que ya alcanzaron la meta y allí nos esperan. Escuchemos hoy la llamada de Dios a la santidad cristiana, que es vocación a la felicidad y a la plena libertad de los hijos de Dios, como proclaman las bienaventuranzas de manera paradójica pero real.

Aquí tienes también la conmemoración de Difuntos.

Comenzamos un nuevo mes, recemos unos por otros. No te canses y sigue siempre adelante. ¡Dios proveerá!

Un fuerte abrazo,
Francesc Mulet

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