Friday, January 12, 2007

CC - TAdviento - Epifanía (EduardoA)

GRAN MANIFESTACIÓN

1ª lectura: Isaías 60, 1-6
2ª lectura: Efesios 3,2-3ª.5-6
3ª lectura: Mateo 2, 1-12

"¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?" - REY

"Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre¨ - HOMBRE

"y cayendo de rodillas lo adoraron¨ - DIOS

TELÓN DE FONDO / MARCO REFERENCIAL

para mejor comprender las enseñanzas de la EPIFANIA.


Tres tiempos, tres actos de una misma pieza de teatro, tres misterios. Eso es el Año Litúrgico y eso es nuestra Vida Cristiana

El primer tiempo y primer misterio se llama y es
la ENCARNACIÓN: El hijo de Dios que se encarna, que se hace hombre para que Dios pueda amar a “ese hombre” con amor divino, que es amor infinito. Y así perdonarnos primero, y perdonados de nuestras rebeldías, darnos después una nueva vida, una vida de hijos adoptivos de Dios.

Segundo tiempo y segundo misterio es
la RESURRECCIÓN del Hijo de Dios, que nos abre así la esperanza a esa nueva vida: resucitados, por en Dios no hay muerte. Y el ser humano, divinizado, ya no puede morir. “Vita mutatur, non tollitur” La muerte ya no es el final. “Tú nos dijiste que la muerte no es el final del camino…”

Tercer tiempo y tercer misterio es
la venida o invasión de todo el amor de Dios sobre la humanidad entera. A esa plenitud del amor de Dios sobre los seres humanos le llamamos Espíritu Santo. También Pentecostés, y Paráclito o “defensor” para que ya no tengamos miedo.

Durante esta semana vamos acabar de vivir ese misterio de la ENCARNACIÓN con la EPIFANÍA DEL SEÑOR y su BAUTISMO

El “hijo de Dios se ENCARNA”. Pero ¿quién es, en realidad de verdad? Y se nos manifiesta (epifanía) como un HOMBRE, hombre. Tiene la impronta de REY. Es DIOS.

Este ese el broche de oro de ese gran misterio de NAVIDAD, que descubrimos a través de los relatos de la Adoración de los Magos de Oriente; del Bautismo de Jesús; y de las Bodas de Caná.

Navidad es uno de los misterios, que son quicio, alrededor del cual gira una concepción liberadora y salvadora de lo que es ser hombre.

Cristo se encarnó para mostrarnos el modelo de hombre perfecto, tal como salió de las manos de Dios creador.

Pilatos no se equivocó al presentar a Jesucristo ante la multitud, que pedía su muerte, diciendo y proclamando: "Ecce homo", es decir, aquí tenéis al "verdadero hombre"; éste sí que es un "hombre", aunque no tenía aspecto humano, deshecho como estaba por los azotes brutales que le habían dado.

La segunda persona de la Trinidad de Dios corre la aventura de hacerse hombre para enseñar al hombre lo que verdaderamente es ser hombre. Y la Iglesia tiene prisa en comunicarlo, porque Dios se muere por decirlo. Anunciarlo no solo a un pueblo, a una raza, sino a través de una raza y un pueblo quiere gritarlo a todas las razas y a todos los pueblos. No caben tribalismos, ni nacionalismos, mazmorras de pueblos.

Una vez que hemos contemplado ese misterio.

El relato que acabamos de proclamar es un midrash.

Un midrash es un relato simbólico a través de una comparación o semejanza de signos precursores de la realidad, que en el ahora se vive. En un midrash, pues, no importa que no sean todos los elementos del relato históricos. Quizás no apareció realmente la estrella, ni hubo magos. Eso, San Mateo no quiere probarlo, porque ese no es su objetivo.

Lo que nos quiere decir con este relato, es que la salvación es universal. Que Dios viene y se manifiesta; es su "EPIFANÍA" o manifestación y no solo al pueblo de Israel, sino a todos los pueblos, también, pues, a nosotros, a todos los seres humanos, al manifestarse a los tres magos, que eran paganos, porque no pertenecían al pueblo de Israel.

El Pueblo, pues, de Israel es designado entre todos los pueblos, para ser el maestro, el pedagogo de la humanidad, y trasmitirle y enseñarle el mensaje de la Revelación de Dios, del Evangelio o Buena Noticia de Dios a toda la Humanidad.

El Pueblo de Israel no es el Pueblo elegido, distinguido, preferido de Dios, el más querido y amado. Es tan solo designado para un ministerio o servicio, que le va a suponer grandes sacrificios y trabajos para adaptarse y para aprender ese cometido de Profeta de Dios.

Ser judío o perteneciente a esa raza no es un signo de predilección, porque en Dios no cabe la predilección. A todos nos ama por igual porque todos son suyos, creados por Él. Yo no quiero más al dedo anular que al dedo meñique, porque todos los dedos de mi mano son míos y eso que yo no los he hecho, me he encontrado tan solo con ellos.

Hoy es el día de nuestra VOCACION, de nuestra LLAMADA por Dios. Hoy Dios nos manifiesta su voluntad de amor, por el perdón y la SALVACIÓN que nos ofrece. Es su EPIFANÍA: vengo a redimir y salvar al hombre, a que dé la talla de hombre, porque lo que yo salvo son hombres, para que puedan llegar así a ser "hijo de Dios". Llamados, pues, a ser “hijos de Dios”

Y unos magos se pusieron en camino, al sentir la insatisfacción y el sin sentido de su existencia. Hicieron el esfuerzo de dar un primer paso, dejando todo atrás, en busca de "alguien", que llenara sus deseos, que trajera paz a sus inquietudes, que apagara su sed.

Esta es una primera meta para todos nosotros, los cristianos, al comenzar el año: dar un primer paso, y buscar como los magos buscaron, dejando su viejo país de sombras y de muerte. Nuestro primer compromiso, pues: leer, estudiar, meditar el mensaje de Dios. Buscar para encontrar y mejor conocer a Jesús, como los magos lo buscaron en las estrellas. Seguro que ni nuestro primer paso, ni nuestra búsqueda serán infructuosos. Saldrá una estrella, un signo, como a los magos, que guiará nuestro caminar por la lectura diaria de su Revelación, el estudio, la meditación. Dios no permanece mudo, ni sordo ante el esfuerzo del hombre. Pero debemos dar algo de nuestro tiempo para conocer a Dios, su camino, su gloria, porque Él nos está dando toda la vida.

También se nos relata que los magos corrieron la aventura de la fe, que conlleva generosidad, entrega, confianza, servicio, donación; y los magos sin saber nada, sin conocer nada se encontraron con Dios, porque antes se habían entregado del todo. San Juan de la Cruz nos lo dice así:

"para venir de todo al Todo,
- has de dejar del todo, todo.
- Y cuando lo vengas todo a tener,
- has de tenerlo sin nada querer,
- porque si quieres tener algo en todo, -no tienes puro en Dios tu tesoro.
Los escribas y fariseos, sabiendo mucho, sabiendo todo de las profecías y Herodes, enterándose de todo este saber, a todos ellos les faltó la fe. A punto tenían su ciencia, pero no tenían a punto su fe, porque eran avaros, egoístas, desconfiados y soberbios. No podían dar un paso adelante, porque les asustaba el vacío y el riesgo de la fe. Eran gentes que buscaban la seguridad. Y se quedaron con sus seguridades, con sus cosas, con su "todo", pero no encontraron a Dios.
* Primera meta, pues: buscar como los magos buscaron, con fe plena en Dios.
* Segunda meta para este año: reavivar, fortalecer mi fe; ser, pues, valiente y correr todos los días el riesgo de creer. Creer en el hombre y creer en mí, que es creer en la obra de Dios. Comprometerme entonces más y mejor en mi vida religiosa y creer firmemente que puedo ser mejor cristiano.
Y si en mi caminar, acabo encontrándome con Dios, como los magos, como los magos debo anunciarlo a los demás, volviendo por otro camino, como ellos, que por otro camino volvieron a su país. Del camino viejo de nuestras soberbias, volver por el otro camino de la humildad, del camino viejo de las injusticias, por el camino nuevo de la justicia y de la paz, del camino viejo del odio, por el nuevo del amor y fraternidad.
Anunciar al Dios de mi corazón no con palabras, sino con realidades. Y nuestra realidad será ahora la celebración de esta Eucaristía, que nos compromete a volver a la vida de todos los días por el nuevo camino del amor, de la esperanza y de la fe, que juntos nos disponemos a profesar.

AMEN
Edu, escolapio

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