CC - TAdviento - D4 (EduardoA)
INTRODUCCIÓN Y MATERIALES DE TRABAJO
Eduardo Abad
Con este 4º Domingo de Adviento la Iglesia pretende acabar nuestra preparación en CONOCIMIENTOS y COMPORTAMIENTOS para vivir este año con más PROFUNDIDAD, este MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN, que como nos dice San Ireneo, no termina en Belén, sino que EN BELÉN SE INICIA Y ACABA PARA TI, EL DIA DE TU MUERTE.
Todos los años, debemos adentrarnos un poco más en el Misterio:
- que cada año, tu le dejes a Dios ser más tú, hacerse carne de tu carne, hacerse casi tú mismo. Encarnarse en ti.
- Y claro para dejarle sitio, lugar, tienes que vaciarte de muchas cosas que son obstáculos en tu vida, que no sirven para nada, que estorban.
- Vaciarte de ti, hasta de tu “ego”, para que pueda entrar Él.
- ¿Te acuerdas? “El que quiera seguir detrás de mi, que se niegue así mismo…”
- Esto se consigue en primer lugar con la gracia de Dios, que nunca te faltará
- Y en segundo lugar, con tu trabajo personal, ordenado, inteligente.
- Estudiar y reflexionar con la Palabra de Dios y la Catequesis (estudio sistemático de la Revelación y de la tradición de la Iglesia)
- Adquirirás así la semejanza de Dios. No serás Dios, pero casi lo parecerás
- ¿Te acuerdas de lo que dice San Pablo a los efesios? “Las mujeres que se sometan a sus maridos”. Y hay algunos, que hacen trampa, porque acaban ahí la frase, como si hubiera un punto. Y eso es a todas luces escandaloso.
- Una mujer, como un hombre, no puede someterse nada más que a Dios: “He aquí la esclava del Señor”.
- La frase completa dice: “Las mujeres que se sometan a sus maridos, COMO AL SEÑOR”. Es decir, que el ser humano, puede llegar a ser COMO EL SEÑOR, aunque no sea El Señor.
- ENCARNARSE en DIOS. Y DIOS que se ENCARNA EN MI.
- A la vez que los seres humanos nos DIVINIZAMOS, DIOS se va HUMANIZANDO, Dios se va medio confundiendo con la HUMNIDAD , y a veces lo vemos trasparentarse en algunos de nuestros hermanos: ¡Pero qué bueno es “el tío”
Hemos llegado al 4º DOMINGO de ADVIENTO mediante la CATEQUESIS que se nos da en el OCTAVARIO de preparación a la NAVIDAD : del día 17 al 24 de diciembre.
ESQUEMA DE LA CATEQUESIS DE MARIA DE LA “O”, que nos acompaña los ocho días
1ª PARTE: DIFICULTADES
Día 172ª PARTE: SOLUCIONES Y ACCIONES DE GRACIAS
Tabla de los orígenes de JesucristoEs el comienzo, de una “nueva creación”. “Un nuevo Adán”. Una nueva Humanidad es engendrada”.Día 18
Pero con la DiFICULTAD QUE EN ESTA GENEALOGÍA DE JESUCRISTO, el Hijo de Dios, hay prostitutas, Rahab…; adujeras, Betsabé; infames, Tamar; paganas, Ruth.
Se encarnó hasta lo más bajo de la Humanidad. En ti, también, aunque en lo bajo y muy bajo estés.José no entiende cómo su prometida puede estar embarazada, si no habían aún “convivido”.Día 19
Será posible en esta muchacha estupenda? ¿No será que las apariencias engañan?Zacarías se hace un lío. No puede creer que su mujer, Isabel, estéril y “vieja”, pueda quedar embarazada, ahora, a buenas horas, y dar a luz un niño.Día 20María se turbó, y no entendía el mensaje del Ángel. ¿Cómo ha de ser esto, de ser madre, si no conozco varón? Corría el peligro de ser apedreada. Fatal
Día 21Con estos PROLEGÓMENOS podemos penetrar mejor el Misterio de la ENCARNACIÓN Y VIVIRLO en la HOMILÍA ( que debe ser, a partir de los CONOCIMIETOS O CATEQUESIS, la expresión de mis sentimientos y de MIS VIVENCIAS, en un lenguaje familiar y coloquial).Isabel se llena de alegría al oír el saludo de María; hasta el niño salta de gozo en el vientre de Isabel. “Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. “Bendita tú, porque creíste”. Y comprobación por María de la señal que le dio el Ángel: tu parienta está en cinta, que es lo imposible, porque para Dios nada es imposible, luego tú…Día 22Acción de gracias de María por cuanto ha comprobado: ni está loca, ni la han engañado. “Proclama mi alma la grandeza del Señor”Día 23Congratulaciónes de familiares y vecinos por la maternidad de Isabel.. ¿Qué va a ser este “regalo de Dios”, -este Juan- El padre de la criatura recobra el habla. Todo se resuelve y queda claro. “La mano del Señor está con él”Día 24Acción de gracias de Zacarias, el padre de ese niño prodigio, que era lo imposible: Bendito sea el Señor, Dios de Israel…
Edu, escolapio
2ª Lectura: Hebreos 10, 5-10
3ª Lectura: Lucas 1, 39-45
El adviento se nos va, queridas hermanas y hermanos. El adviento finaliza de una manera rápida. Todo acaba en esta vida, porque todos somos temporales. Esa es nuestra dimensión. Ese es nuestro haber, nuestro caudal, nuestra riqueza para comprar una eternidad, una vida feliz y dichosa. Precio: un poco de tiempo, tu tiempo.
También se nos echará encima la Navidad, y cantaremos ese villancico que nos habla de nuestro tiempo, que se nos va de las manos: "La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va. Y nosotros nos iremos y no volveremos más".
¿Hemos comprado con nuestro tiempo un nuevo corazón? ¿Nos hemos convertido? ¿Hemos despertado en nosotros esas actitudes de cambiar nuestra vida: de vaciar nuestro corazón de egoísmo y llenarle de la bondad de Dios, que a todos quiere, que a todos perdona, que a todos ama?.
Esta última semana de adviento, nos queda reducida este año litúrgico a nada, a un día nada más. Y antes de que llegue la Misa de Gallo, a las 12 de la noche, nos tiene que servir para dar la última pincelada, el toque maestro, que acabe esta empresa grandiosa en la que nos hemos metido: la de este adviento, que lo queremos diferente, muy diferente, porque no queremos quedarnos tan solo en el andamiaje, que mal no está: de almacenes llenos de regalos, restaurantes con comidas y cenas espléndidas, las calles y monumentos, abigarrados de luces, de todos los colores, con adornos sobrecargados, cantos hogareños de villancicos y tiernas melodías familiares.
No, no queremos quedarnos en todo este andamiaje, sino entrar un poco más, para vivirlo mejor, este misterio de encarnación y lograr así una nueva dimensión y sentido a nuestra vida, teniendo un nuevo corazón. Porque sabemos, que si no lo logramos, nos quedaremos con una hermosa jaula de barrotes dorados, pero sin pájaro, o si queréis un globo hermoso, grande y abigarrado de colores, pero sin aire. ¿Para qué sirve?
Cerramos este adviento con el broche de oro, que es como una última pincela maestra, de las actitudes de María para dar a luz al mundo al Emmanuel: Dios con nosotros y nosotros con Dios.
Ella nos da la clave para lograr entrar en este Misterio de la Encarnación: Dios que se hace hombre para que el hombre se divinice.
- 1. Para compartir su alegría y su gozo, su sorpresa y su suerte: Dios la ha escogido para ser su madre, Madre de lo Divino y poder así hacerse Él, hombre, como nos ocurre a cualquiera de nosotros, que de una mujer y madre hemos nacido. Compartir, pues, es una de las palabras clave del espíritu y misterio de la Navidad. Compartir lo que tienes y compartir lo que eres.
- 2. Parte también aprisa para confirmar su fe en la Palabra de Dios, anunciada por el ángel. La fe no es una creencia boba o supersticiosa. La fe es como un obsequio, que yo hago a Dios de mi propio razonamiento, de tal manera que cuando llego a los límites de mi razonar, sigo caminando, fiado de la Palabra de Dios. Y ella fue, entonces, a comprobar la señal que el ángel le había dado: que su prima Isabel, estéril y ya anciana, había concebido por primera vez y ya estaba en el sexto mes de gestación, porque para Dios nada hay imposible. Confirmada su fe, ella, María podía ser también la madre de Dios encarnado
- 3. Y en tercer lugar, constatamos que ella parte aprisa a casa de Isabel y se queda allí para ayudarla y servirla. Sirvió, primero a Dios, diciendo sí a su voluntad, ya Dios quería hacerse hombre. Y ahora sirve a los hombres, ayudando a su prima. Y comienza esa ayuda, llenando de alegría y gozo la casa y las personas. Al entrar en la casa de Isabel, ésta dijo: "en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre".
La clave de la Navidad está, pues: en compartir; en confirmar y reforzar la fe; y en servir.
Un buen corazón tuvo también María. Primero se dio por completo a Dios, como ya hemos dicho: "Aquí está la esclava del Señor". ¿Te has dado tú a Dios, como se nos invitaba en la primera semana del adviento, en que se te dijo y se nos dijo, que estuviéramos siempre despiertos y vigilantes en la oración? ¿Has hablado más con Dios? ¿Has asistido, al menos, algunos días a la meditación de los misterios de Jesús, acompañando a María, en el rezo del santo rosario, que se reza en tu Parroquia todos los días de semana? ¿Lo has rezado, al menos, en casa solo o en familia? ¿Has dialogado con Dios con todo tu corazón? ¿Lo vas a hacer? El te está aún esperando. Quedan solo 24 horas para la Navidad ...
Un buen corazón tuvo María, porque, en segundo lugar, y lo repetimos, se dio a los demás; no es egoísta y por ello quiere compartir con todo su gozo y su alegría de haber sido designada y escogida por Dios para colaborar en su proyecto gigante: La Encarnación. Hay que compartir nuestras alegrías, hermanos, para tener corazón de carne, de amores y no de piedra, y egoísta: mis alegrías solo para mí.
María, Madre del adviento, es, pues, nuestro modelo, porque no solo dio su corazón a Dios, también se lo dio a los hombres. El relato de hoy nos lo declara con pincela maestra. Es como el broche de oro de todo el adviento que finaliza con esta cuarta semana corta y rápida.
"María se puso en camino, aprisa, y se fue a visitar con urgencia a su prima Isabel.
¿Por qué razón?
Las razones y motivos son muchos, abundan.
Compartir también mis riquezas con los pobres de toda raza y condición y de toda clase de pobreza. María, pues, primero comparte sus alegrías, que es su mayor riqueza; no las guardas para ella sola. Y esto lo hace aprisa.
Y aprisa también, sin demora, subió a la montaña para ayudar a su prima que esperaba un niño como ella. Dar y ayudar. Ayudar y dar son las claves para que Dios nazca en tu corazón. Si esta última semana, que se reduce prácticamente a 24 horas, nos damos y ayudamos, como María, y lo hacemos sin tardanza, sin demora, seguramente que también, llenaremos nosotros nuestro hogar, nuestra Patria, del amor de la reconciliación, para que el futuro de nuestro país no sea incierto; y diremos asombrados como Isabel a María": ¿_De dónde a mí tanto bien, que venga la madre de mis Señor a visitarme? Sabe Interpretar Isabel los signos de la presencia de Dios. Ve a una simple mujer y reconoce en ella la presencia del Señor.
Esta es la lección que nos da María a los cristianos en este adviento para entrar un poco más en el misterio de la Encarnación y vivir de verdad la Navidad: Dios es Emmanuel, es el Dios con nosotros. La consecuencia es doble: que nosotros queremos ser nosotros con Dios, pero también nosotros con los demás.
Y no olvidemos LA IDEA CLAVE DE LA ENCARNACIÓN, y que enseñó San Ireneo.
LA ENCARNACIÓN, con el Nacimiento del Niño Jesús, NO ACABA EN BELÉN.
EN BELÉN EMPIEZA LA ENCARNACIÓN EN LA HUMANIDAD Y EN EL COSMOS.
Y TERMINARÁ AL FINAL DE TU VIDA PARA TI
Y AL FINAL DE LOS TIEMPOS, PARA EL UNIVERSO.
Que en esta Eucaristía se dé la triple dimensión: Dios con nosotros, nosotros con Él y nosotros con los demás, que esto es Navidad. Este año, más encarnados: Dios en mi y yo en Él.
AMEN
FELIZ NAVIDAD
Dios con nosotros y nosotros con Él. ¡E M M A N U E L!
P. Edu Martínez Abad, escolapio
Te recomiendo que si quieres progresar en tu vida cristiana, no dejes de leer en tu casa, en familia, solo o con amigos un breve comentario del EVANGELIO de cada DOMINGO.
Si lo haces, todos los días de la semana, al menos tú solo, mejor que mejor. Sentirás que cambias mucho a mejor en solo un año. El libro recomendado para esta labor de formación permanente de leer y pensar el Evangelio de Domingos, incluso de semana, es LA PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA (tomo 1° y 2°) por Noel Quessón – Editorial Claret – Lo puedes comprar en la Librería Pastoral, calle Florida, 3- Santander- TIf. 942 37 54 74. – Precio: 12 € los dos tomos (1° y 2°, que contienen todos los Evangelios del año)
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