Tuesday, August 30, 2011

15DO.II,.A - 2011 (Mulet)

Francesc Mulet, escolapio

La mayoría de las parábolas de Jesús pertenecen al mundo rural, el ámbito natural de sus primeros oyentes... Aquel día, que Jesús salió de casa, fue al lago y se encontró con tanta que tuvo que coger una barca y desde la barca contó esta parábola: “Salió el sembrador a sembrar”.

El sentido de la parábola es decirles a los discípulos que tienen que confiar... Jesús expresa con esta parábola la confianza y la seguridad en el avance del Reino, a pesar de sus múltiples dificultades. Jesús tiene la certeza de que al final, el Reino de Dios se manifestará en todo su esplendor...

Esta parábola del Sembrador es probablemente, la más representativa de cuantas pronunció Jesús. Es probable que esta parábola fuera pronunciada por Jesús como respuesta a las dificultades de los que anunciaban el Reino. La parábola pone ante los ojos de sus discípulos la grandiosa cosecha final, diciéndoles:¡Animo! ¡No hay que desanimarse! A pesar del fracaso aparente, la llegada del Reino es imparable. El resultado final será maravilloso. Tened confianza.

Esta parábola es para nosotros hoy en estos tiempos, en que lo que cuentan son los resultados rápidos y la rentabilidad inmediata, podemos sentir la desconfianza y la falta de fe en el Evangelio. ¿Sirve para algo práctico este mensaje que los cristianos proclamamos ante el mundo? ¿Dónde están los resultados en nuestra vida? ¿No será todo ello una bella utopía o una ilusión engañosa?

Aunque de momento pueda parecer que los frutos no llegan y que hay muchos fracasos, al final los resultados siempre serán superiores a los esperados. El mensaje de esta parábola está lleno de esperanza a pesar de las dificultades. Ciertamente constatamos cada día que muchas semillas caen al borde del camino, o en el terreno pedregoso, o entre zarzas y se pierden.

El futuro de la semilla depende de cómo libremente dispongamos la tierra de nuestro corazón.

Interrumpo con este envío el ritmo semanal e iniciamos el tiempo de verano. Tenemos cerrado el templo y es necesario tomar un poco de aire que nos distancie del curso.

Te pido como siempre tu oración y tu recuerdo con los escolapios.

Un abrazo cordial,
Francesc Mulet

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