Monday, March 17, 2008

CA - 2DO - 2008 (Bernardo)

Bernardo Navarro

Estamos en la primera parte del T.O., esas 34 semanas en las que no celebramos un aspecto concreto de la Vida de Cristo, como en los demás tiempos del Año Litúrgico, sino su persona y su misterio global. La Iglesia, desde muy antiguo, empezó a celebrar los domingos del TO. como días en los que la Comunidad se reúne para celebrar la Cena del Señor. Por ello, este día se llamó Domingo, día del Señor. Estas semanas nos ayudan a crecer y madurar en lo que celebramos en los tiempos fuertes de Adviento, Navidad, Epifanía, Cuaresma y Pascua. Al mismo tiempo nos hacen descubrir que la vida cotidiana es también tiempo de salvación. Al ir profundizando en el misterio de Cristo, surge en nosotros el deseo de seguir a Jesús, como discípulos, buscando así una coherencia de vida entre lo que celebramos en la Liturgia cada Domingo y lo que vivimos en nuestra vida ordinaria.

Este domingo es considerado todavía, como continuación de la Epifanía y del Bautismo del Señor, los textos nos manifiestan su identidad como Mesías, Enviado de Dios, como nuestro Maestro y Salvador. La Primera lectura está tomada del Segundo Canto del Siervo Yavé.”. En este canto, el Profeta Isaías, se expresa en términos que recuerdan los relatos proféticos de vocación (Jer. 1, 4- 10). Toda la actividad del Siervo, tiene como origen un llamado de Dios que le confía la misión de reunir al pueblo de Israel Pero la voluntad salvadora de Dios no tiene fronteras, y por eso, el Siervo es constituido” luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra” (Is. 49,6)

El evangelio de San Juan nos dirá que Jesús iba a morir por la nación (judía), y no sólo por la nación (judía), sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos” (Jn.fl, 51-52). De este modo el Evangelista aplica a Jesús lo que Isaías dice del Siervo

El doble testimonio de Juan el Bautista sobre Jesús que leemos en el Evangelio de hoy, es el equivalente en el cuarto evangelio del relato del Bautismo de Jesús que nos relatan los Evangelios Sinópticos

El texto se centra en la identidad de Jesús, de la que el Bautista destaca algunos elementos concretos:

* La atribución a Jesús de la expresión “el cordero de Dios”, hay que entenderla como la combinación de dos tradiciones: Por una parte, la aplicación a Jesús de los textos de Isaías sobre el Siervo de Yavé , que carga sobre sí las culpas de todos y como un cordero llevado al matadero no abre la boca (Is.53); y por otra, la idea de que Jesús muere como el cordero pascual (Jn. 19,36. cfr. Ex. 12,46)

* Otro aspecto de la identidad de Jesús que el texto acentúa es su relación con el Espíritu. Juan da testimonio de que Jesús ha recibido el Espíritu y que permanece en él de forma continua. Jn. l, 32-34(Evangelio de hoy)

* Juan en su testimonio señala a Jesús como Hijo de Dios (Jn. 1,34).

San Pablo, en la Segunda lectura, saluda a la comunidad de Corinto, deseándole el amor del Padre (gracia) y la paz, como efecto reconciliador de ese amor.

Luego llama a la comunidad “Iglesia de Dios” y la describe como:

* ¨Iglesia de Dios en Corinto”: presupone existe identidad entre la Iglesia Universal y Local

* “Consagrados por Jesucristo”: Por Jesucristo han recibido la acción salvadora de Dios y su perdón

* “Pueblo santo que él llamó: la nueva identidad de los creyentes es, a la vez, un don y una misión

* “Que invocan el nombre de Jesucristo” (expresión inspirada en JI. 3,5, define a los cristianos, considerados como los que viven en relación permanente con Dios por la oración y la alabanza, viviendo en unión con los hermanos de otras comunidades. El lazo de unión es la fe en el Señor Jesús (Rom 1,7)

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